jueves, 30 de abril de 2015

TU HIJO, ¿ES "RESILIENTE"?

  

 Ya sé lo que estás pensando. Me estás pidiendo que te hable en cristiano porque eso de ser "resiliente" no lo entiendes. Es verdad. Pero, es más sencillo de lo que tú piensas. La resiliencia en el ámbito de la psicología, es la capacidad de la persona para hacer frente a sus propios problemas, superar los obstáculos y no hundirse. Es la capacidad de un individuo para sobreponerse a las adversidades. Equivale a "entereza", "ser fuertes" ... La definición original de la palabra resiliencia tenía que ver con la capacidad de un material de volver a su forma original después de haber sido doblad, estirado o comprimido. Hoy en día solemos utilizar esta palabra para describir la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponernos a la adversidad. 

   Si queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida es importante educarlos en la capacidad de ser "resilientes". Para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerlos y sobre todo creer en ellos. No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarlos a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden. Por supuesto, tampoco se trata de exponerlos a peligros o ambientes agresivos "para que se hagan más fuertes". Afortunadamente no estamos en Esparta.

beautiful summer session Mother and daughter picture by shailynn photography

   Te comento dos peligros que podemos tener los padres en este campo. El primero la sobreprotección. Borys Cyrulnik, gran especialista en este tema, en una entrevista al diario "El Mundo" decía: "Los niños superprotegidos caen en la depresión y se convierten en débil. Los niños arropados, mimados no superan las heridas de la vida. Carecen de seguridad en la medida en que nunca han sido expuestos al dolor, a la tristeza, al sufrimiento. Es necesario que el niño conozca el miedo, las adversidades para que pueda superarlas. Privarlo de ellas es una manera de convertirlo en vulnerable. Los niños protegidos viven en una prisión y son incapaces de afrontar las cosas por sí mismos. Sufren tantos daños como los abandonados. La responsabilidad es de los padres. Son su mejor intención tratan de arroparlos, pero consiguen un resultado exactamente opuesto". Un segundo peligro: dramatizar las situaciones. Cualquier día tu hijo puede tener un problema con un amigo o un educador. Estos acontecimientos hay que aprovecharlos para hacerle fuerte psicológicamente y sobre todo, aprovechar la situación para fortalecer su capacidad de aguante. Algo importante que podemos preguntar a los niños cuando tienen un contratiempo,  si queremos que aprendan a desarrollar la resiliencia, es ¿qué puedes aprender de esto? 0 ¿qué puedes sacar de bueno de esto que ha ocurrido?
   
   La resiliencia es la capacidad para recuperarse de los momentos difíciles, y es uno de los rasgos de carácter más cautivadores que podemos tener. La resiliencia es la fuerza más poderosa que se puede tener. Supone la capacidad de doblarse antes de romperse ante la presión y la adversidad y salir de este modo reforzado de ellas. La resiliencia es por lo tanto de vital importancia. Pero al igual que cualquier otra fuerza o destreza, debe ser probada y utilizada regularmente con el fin de hacerla crecer.

Playing in the rain

   La Dra. Heather Wittenberg señala algunas maneras de hacer que nuestros niños crezcan en la resiliencia:

1. Asumir los problemas. No es posible evitar siempre la adversidad, pero podemos aprender a manejarla.

2. Resiste la tentación de "rescatar el peligro". Los pequeños errores cometidos de niños ayudan a los niños a lidiar mejor con los problemas más grandes que seguro vendrán en el futuro.

3. Abandona el control. Deja que tu hijo tome tantas decisiones como sea razonable. Así aprenderá a decidir en el futuro.

4. Quiérelo por lo que es, no por lo que hace.

5. Utiliza las palabras para expresar los sentimiento. Nos ayudan a manejar nuestros sentimientos y a recuperarnos de las decepciones.

6. Utiliza la lluvia de ideas para resolver problemas. Ayuda a tus hijos a dialogar los problemas.

7. No mimes a tu hijo. No te apresures a comprar lo último en ropa, zapatos o juguetes. Los niños que tienen un poco menos, trabajan más duro y priorizan mejor que aquellos a los que se los colma de cosas materiales.

8. Dales tareas. La responsabilidad construye un sentido de ser necesario y enseña a los niños lo mucho que pueden aportar.

9. Fortalece la capacidad de esperar. Retrasar la gratificación es difícil, pero es importante para el éxito futuro.

10. Encuentra y fomenta sus fortalezas. Cada niño tiene sus puntos fuertes. Ser bueno en algo ayudará a recuperarse en tiempos difíciles.

11. Valora el poder de lo positivo. Habla acerca de las cosas buenas que sucedieron hoy. Encontrar los aspectos positivos de la vida aumenta la flexibilidad y la felicidad.

12. Participa en proyectos comunitarios. Hay mucho trabajo que hacer para mejorar las condiciones y los derechos de otras personas. Trabajar para los otros construye un importante sentido de gratitud interna por lo que se tiene.

Jose Antonio San Martín para BS Abril 2015